¿Para qué hacerlo
difícil, si puede ser complicado?
(Reflexión de fin
de año)
Después de estar un tiempo sin escribir,
aprovecho esta oportunidad para acercarme a ti, y compartir hoy siento.
Cuántas veces pasamos nuestra vida quejándonos
de todas las cosas que nos suceden (buenas y no tantas). A cada oportunidad le
buscamos una grieta, esa excusa que nos permita seguir en nuestro sitio de
confort.
¿Por qué nos cuesta tanto ver el
lado positivo de las cosas? Acaso, ¿No somos merecedores de la abundancia que
tiene el universo para nuestro beneficio?
Tomar la decisión de dejar ir o
soltar algo es lo que más nos cuesta. El miedo a lo desconocido nos limita y
nos encierra en una escafandra, y nos convierte en presos de nuestros propios
pensamientos. Es momento de hacer una pausa, respirar profundo y empezar a
escuchar nuestro corazón, después de todo, no debe estar tan equivocado. La
vida intenta comunicarse con nosotros a diario, pero estamos tan sumergidos en
los deberes, que evitamos darle la importancia que amerita. Por lo general,
llega el momento donde la vida, nuestra vida, necesita ser escuchada y se
manifiesta de manera dolorosa ante alguna situación.
Aprovechemos estas horas para
reflexionar y descubrir cuáles son nuestros sueños y anhelos. Te invito a
reencontrarte contigo mismo, a verte a los ojos frente al espejo y descubrir lo
valioso que eres en realidad. Se aproxima un año nuevo cargado de oportunidades
donde solo tú y yo, en la intimidad de nuestras conciencias, seremos los
verdaderos protagonistas y responsables de nuestra vida.
Pasemos del pensar, al sentir de
nuestra mente, corazón y espíritu, y actuemos en consecuencia de aquello que
queremos alcanzar. La felicidad está en nuestras manos. Este es el momento
perfecto para encontrarnos y aligerar esa carga tan pesada que llevamos, que
nos limitan avanzar a nuestros sueños. Limpiemos nuestra mente de pensamientos
negativos. ¡Yo puedo y voy hacerlo realidad! El poder de tú transformación está en tú actuar.
Leinis Carolina Fajardo E.