¿Cuántas veces nos detenemos a escuchar nuestra voz
interior? ¿A detener nuestros pensamientos y dar un alto en nuestra vida?

Nuestra vida es un vehículo en automático aunque estemos al
volante, pues nos cuesta direccionar nuestro ser, y vamos sin rumbo definido.
El puesto de copiloto en otro auto es más reconfortante, pues nos excusamos de
nuestra responsabilidad y a cambio ofrecemos consejos de qué hacer o no en
determinados momentos, olvidando que nuestro auto necesita ser piloteado. El
pesimismo, la intriga, la falta de amor propio nos aleja poco a poco de todo
aquello que le suma valor a nuestra vida. Vivir la vida con conciencia, en el Aquí y Ahora, es sin duda uno de los
retos más difíciles de afrontar.
Reconocer nuestros sistemas de creencias, miedos, incertidumbre,
tristezas, debilidades, derrotas y fracasos no es tarea fácil. ¡Es posible
lograrlo! Acepta la humanidad que hay en ti, con su luz y oscuridad, y poco a
poco aprenderás a tomar el control de tu vida.
¡Reconócete y date el permiso de vivir tú vida!
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